El esguince de tobillo, considerado una lesión ligada al mundo del deporte, es sin embargo un percance que acontece de manera frecuente dentro de las actividades cotidianas. Un mal apoyo al caminar, la acción refleja de apoyar la mano ante una caída, por ejemplo, pueden desembocar en este tipo de lesión.

 Se define como un daño estructural parcial en las fibras que conforman un ligamento sin llegar al punto de ruptura del mismo.

 Los ligamentos, son estructuras formadas por, una especie de cordones fibrosos. Se ubican en todas las articulaciones del cuerpo, confiriéndoles estabilidad y, uniendo los huesos entre sí. Estos nexos de unión articular, se ven sometidos a una serie de lesiones, en su mayoría desconocidas por los pacientes, de relativa importancia dependiendo de cómo se vean afectadas las estructuras ligamentosas de la articulación.

 

 División de los esguinces según su grado

 a) Esguince de tobillo Grado I

 Esguinces provocados por sobreestiramiento del ligamento produciendo una leve hinchazón de la zona afectada. El tiempo de recuperación es corto, si bien debe tenerse en cuenta, para establecer dicho intervalo, la actividad desarrollada por la persona. Aceptando esta salvedad, la duración del mismo puede estimarse entre10 y 20 días.

 b) Grado II

 Este grado se alcanza cuando se produce la ruptura parcial del ligamento. Sus efectos se perciben de forma inmediata, apareciendo una hinchazón instantánea de la zona afectada. El tiempo de recuperación aumenta de manera lógica y significativa a periodos comprendidos entre 20 y 40 días.

 c) Grado III

 Dentro de este grupo se encuadran las roturas de ligamentos. Llegados a este punto, conviene aclarar que si consideramos el diagnóstico de esguince, se entiende que no va a recurrirse a tratamientos de índole quirúrgica. El tiempo de recuperación será imperativamente superior, 8 semanas de promedio, al tener que cicatrizar el ligamento.

 Causas de los esquinces

 A diferencia de otro tipo de lesiones, aparece de forma fortuita, a consecuencia de un hecho concreto, en este caso, un estiramiento por encima del límite de elasticidad del ligamento, al ser éste el primero en absorber los estiramientos a los cuales son sometidas las articulaciones.

 Síntomas del esguince

 A) Dolor intenso en la articulación: Suele derivar en la imposibilidad de mover la articulación afectada.

 B) Inflamación de la zona afectada: Se distingue fácilmente de una luxación o fractura, que pueden aparecer por las mismas causas, al no presentar deformidad la articulación afectada; obviando la hinchazón inherente al esguince, el aspecto es normal.

 C) Aparición de hematomas: Es menos frecuente e implica la ruptura de algún vaso sanguíneo de la zona afectada.

 D) Calor local: Incremento de la temperatura en la zona, derivado de la inflamación.

 E) Alteración de la sensibilidad localizada en la zona del ligamento lesionado.

 Prevención de un esguince de tobillo

 Sin lugar a dudas, como en todo tipo de lesiones, la prevención es el mejor tratamiento. A continuación pasamos a exponer una serie de consejos para prevenir esguinces:

 a) Calentamiento: Un calentamiento “adecuado”, proporcionará a las articulaciones la preparación necesaria para evitar percances. Se debe aplicar en cada caso una tabla de ejercicios próximo en grado de exigencia a la actividad física a realizar. Es vital preparar nuestro cuerpo.

 b) Propiocepión tobillo: Dentro del campo profesional, los trabajos propioceptivos son cada vez más habituales. Se entiende por propioceptivo, el conjunto de procesos necesarios para preparar la articulación ante los posibles mecanismos de una lesión.

 Tipos de tratamiento del esguince

 1) Tratamiento primario

 Este tratamiento se basa en acciones sencillas, pudiendo realizarse de manera particular, siendo muy útil y efectivo en todo tipo de esguinces si bien, en casos graves o, si se quiere reducir el periodo de recuperación, debe combinarse con los dos siguientes. Consta de 4 procesos:

 A) Reposo: Es imprescindible en el proceso de recuperación. Debemos eliminar las posibles cargas sobre la articulación afectada durante un periodo mínimo de 24 a 48 horas. En el caso de tratarse del tobillo o la rodilla, se puede optar por una carga parcial, es decir, se apoya el pie pero no se carga el peso o bien descargar la zona por medio de muletas evitando apoyar el pie.

 B) Aplicación de frío: El hielo es un antiinflamatorio natural. Debemos aplicar frío durante las primeras 48 horas cada 2 horas 15 minutos.

 C) Compresión: Se debe comprimir la zona lesionada con un vendaje elástico. Éste protege el ligamento lesionado y reduce la inflamación. La tensión del vendaje debe ser firme y uniforme, evitando aprietes excesivos. No es conveniente mantener el vendaje compresivo pasadas las primeras 48 horas.

 D) Elevación: Mientras se aplica hielo, es conveniente elevar la zona lesionada por encima del nivel del corazón. Se recomienda este procedimiento en las horas inmediatamente posteriores a la lesión, con el vendaje de compresión colocado.

 2) Tratamiento fisioterápico

 Este tipo de tratamiento debe realizarse bajo el control de un fisioterapeuta. Consta de los siguientes procesos:

A) Movilización temprana:  Consiste en ir aumentando de manera paulatina el rango de movimiento de la articulación. Se debe trabajar sin llegar al umbral del dolor.

 B) Baños de contraste: Junto con la aplicación de frío, nos ayudará a disminuir la inflamación.

 C) Reducir la inflamación: Se comienza con un buen masaje para drenar la articulación, aplicando de manera conjunta técnicas para reducir la inflamación, siendo el más utilizado y útil la aplicación de ultrasonidos.

 D) Fortalecimiento de los músculos: Tras el período de inmovilización la musculatura se encuentra debilitada. El objetivo de esta técnica es potenciar los músculos que circundan la articulación para, de esta forma, aumentar la resistencia de la zona afectada, evitando que se reproduzca la lesión.

 E) Reeducación propioceptiva: Resulta fundamental para que la articulación recupere su operatividad habitual.