3 tipos de problemas:
Estos problemas son sin duda, uno de los motivos de mayor malestar para los padres y fuente de infelicidad.
Los problemas a la hora de dormir pueden ser, habitualmente, de tres tipos:
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El niño rechaza irse a dormir a la hora fijada:
Puede suceder que el niño no haga caso a los avisos, que se queje, que escape o bien, que intente retrasar el momento de irse a dormir pidiendo que le lean otro cuento, necesitando ir al baño, queriendo un vaso de agua, etc.
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El niño llama a los padres desde la cama:
el niño ya está en cama, pero empieza a pedir cosas para que sus padres permanezcan con él en la habitación (agua, ir al baño, otro cuento, etc).
1º. Saber a quién le vamos a hablar (no es lo mismo un jefe, un amigo, mi pareja, etc). Elegimos el momento adecuado teniendo en cuenta el estado de ánimo de la otra persona (si no lo sabemos, es mejor preguntar que dar por supuesto: “¿tienes un rato para que hablemos?”).
2º. Antes de expresar lo que quiero decir, pedir o transmitir, es necesario que lo piense a solas. Si es necesario, lo hago por escrito. Busco la manera de decirlo sin agresividad, sin atacar al otro y utilizando “mensajes yo” (“yo siento…”, “yo creo…” etc), sin juzgar a nuestro interlocutor, ya que cuando nos sentimos juzgados siempre nos defendemos. Nosotros también.
Leer más: ¿Que podemos hacer para expresarnos correctamente?
- Darle al niño la oportunidad de expresar su malestar.
- Atender con interés sus éxitos.
- Transmitirle que se le quiere.
- Ofrecer situaciones sobre las ventajas de ser mayor.
- Favorecer el contacto con niños de su edad.
- Pedir la colaboración del niño en tareas de cuidado del bebé.
- Decirle que sus celos desaparecerán.
- No exigirle demasiado al niño.
- No hacer comparaciones entre ellos.
- No manifestar preferencias por alguno o intervenir prematuramente en las peleas.
- No ponerse rígidos o intolerantes con las regresiones.
- No regañarle o enfadarse con frecuencia.
- No hacer elogios muy efusivos cuando se muestre cariñoso con el bebé.
20 MINUTOS DESPUÉS DEL ÚLTIMO CIGARRILLO:
- La presión arterial baja a cifras normales.
- La frecuencia cardíaca recupera los niveles normales.
- La temperatura de las manos y de los pies aumenta hasta valores normales.
8 HORAS DESPUÉS DE DEJAR DE FUMAR:
- El monóxido de carbono de la sangre se normaliza.
- El oxígeno de la sangre se normaliza.
24 HORAS DESPUÉS DE DEJAR DE FUMAR:
- Disminuye el riesgo de un ataque al corazón.
48 HORAS DESPUÉS DE DEJAR DE FUMAR:
- Las terminaciones nerviosas se acostumbran a la ausencia de nicotina.
- Mejora el gusto y el olfato.